Los cánones de la belleza femenina, los vemos todos los días: en las revistas, en la televisión, en internet, en los espectaculares de las calles etc., estos estereotipos se presentan de la manera más encantadora y engañosa posible, que por medio de Chanel, Michael Kors, Victoria Secret, Guess, MAC, entre otras marcas reconocidas, con una publicidad realmente seductora que más que convencer a las mujeres de comprar sus productos, pretenden vender una idea: que la belleza es lo más importante para ser exitosas.
Es normal sentirse atraídas por este tipo de publicidad, porque el impacto de estas imágenes, que muestran a las «mujeres perfectas» (según quién) de los anuncios cosméticos, me pregunto ¿qué mujer no habrá sido presa alguna vez de la atrayente publicidad femenina? o ¿ quién no se habrá dejado llevar por este ideal de belleza, al ver aquellas modelos o actrices guapísimas con cuerpos estéticos y rostros impecables ? Probablemente no todas las mujeres, pero dudo sea la mayoría.
este canon de mujer perfecta es un idílico absurdo, porque la mujer real aquella que se vuelve victima o cómplice del consumismo de los productos de la publicidad femenina, digo victima por que se llega a enfermar o a frustrar por querer alcanzar este prototipo para ser admirada y exitosa en la sociedad y cómplice al mismo tiempo, cuando se convierte en una feroz consumidora de ropa, zapatos de marca, cosméticos, productos milagro para bajar de peso y lo peor de todo, que lo haga porque se creyó el cuento de que la belleza es lo más importante en la vida.
La mujer real envejece a partir de los 30 años, también tiene curvas y difícilmente podrá pesar 45 kilos, esa esa es la naturaleza del cuerpo femenino, es verdad que la genética influye mucho en la complexión del cuerpo humano, sin embargo es un hecho que la mayoría de las mujeres no son de cuerpos extremadamente delgados, por esta simple razón, la mujer real que intente parecerse aunque sea un poquitio , aunque sea en la talla a alguna de las modelos de Victoria Secret, tendría que hacer una dieta bastante rigurosa y obviamente nada saludable, es totalmente incongruente ver los anuncios publicitarios con modelos flaquísimas que en términos médicos, se encuentran por debajo de su peso y que aparezca la frase » Salud es belleza» o sea ¿qué ser fea o estar gordita es sinónimo de enfermedad? será que es ese el mensaje que realmente nos quieren dar.
En una sociedad en la que las apariencias ya no engañan se busca la identidad en artificio y no en la propia naturaleza. El ser ha dejado paso al parecer y el cuerpo se ha convertido en una tarjeta de presentación en una señal de distinción» eso es lo que dice Amparo Tuñón san Martin en su libro «Estereotipos femeninos y posmodernidad» y la realidad es que se privilegia a la imagen t la belleza por encima de otras cualidades intelectuales o profesionales, sin tener en cuenta la carga de tiempo, trabajo y dinero que este cuidado supone para la mujer actual, sobrecargada ya de por sí, por una jornada de trabajo o las preocupaciones familiares que toda mujer llega a tener.
El filósofo y psicoanalista francés Jacques Lacan dice que «el deseo del hombre es el deseo del otro». esta frase podría ejemplificar lo que pasa con las mujeres y su deseo por alcanzar ese ideal de belleza, muchas mujeres buscan a toda costa ser hermosas, súper delgadas, altas, vestir ropa o zapatos de marcas reconocidas. Todo esto para ser admiradas y deseadas, sin embargo esta aspiración por obtener aquella perfección en sus cuerpos viene siendo un deseo que no es propio de las mujeres, pues surge a partir de que algún sujeto o sujetos decidieron que el modelo de belleza femenina debe ser de esta manera y se le ocurrió difundirlo por todos los medios posibles; con la gran idea de que el alcanzar la belleza sin importar el precio que esto implique, les hará tener el éxito esperado.
La publicidad femenina le da a las mujeres un valor estético, dejando de lado las cualidades verdaderamente importantes, como la personalidad, la inteligencia, la buena autoestima, la igualdad entre ambos sexos, el respeto, la solidaridad, la disciplina entre otras cosas, para enfocarnos solamente en la apariencia física, esto provoca la discriminación, los juicios de valor sobre lo que nos parece inaceptable, la perdida de autoestima ,el rechazo de la mujer hacia su cuerpo, el narcicismo, la frivolidad, el consumo exagerado y podría seguir enumerando la lista de consecuencias negativas que estos prototipos encontrados en cualquier medio de comunicación, tienen a nivel social.